viernes, 8 de junio de 2012

Reflexiones sobre la Actualidad Vallecaucana. Por Manuel José Gonzalez.


Tal como se presenta la degradación de nuestra democracia, parece ser que el simple ejercicio de introducir un tarjetón en una urna el día electoral legaliza y justifica todo lo que ha sucedido en nuestro Departamento en los últimos años, es decir quealguien que sale elegido en ese proceso obtiene patente de corso para robarse los dineros del tesoro público,producir el desgreño administrativo y por medio de la politiqueríaimponerle una pésima representación parlamentaria dedicada más a satisfacer sus intereses personales que a defender la región, lo que explica la degradación que a nivel del Estado y del presupuesto nacional a sufrido esta comarca. No hay una bancada vallecaucana que en bloque defienda la comarca como si la tiene los departamentos de Antioquia y la Costa Atlántica.

La “rosca política” regionalde todos los partidos, sin excepción, ya establecida en los centros del poder de la capital de la república, ungidas con todos los atributos legales, se permiten disponer desde sus curules el futuro de la región sin tomarse la molestia de consultar la voluntad de sus electores. Está ya establecida la ley de:nosotros decidimos desde acá lo que ustedes deben votar allá. Tal parece que estos “patricios” pretenden ser los únicos que saben hacer las cosas y los miles de ciudadanos gobernados son apenas unos menores de edad incapacitados de tomar decisiones. Por medio de la administraciónlos avales de sus partidos nombran alcaldes,designan gobernador y de esta manerase apropian del presupuesto departamental y municipal. Esto ha traído como consecuencia dos cosas: la quiebra del Departamento, más los municipios y  consecuentemente la ingobernabilidad de la región producida por la cascada de suspensiones de gobernadores, de alcaldes por los entes de control. Vistas las cosas desde esta perspectiva, parece que el voto manipulado de forma directa e indirecta es la hoja de parra conque se trata de tapar la inmoralidad en el manejo de la cosa pública en esta región ya que la “democracia”todo se  los permite.

De otra parte y reñidos con los principios de la izquierda y con la voluntad de su militancia, los dos parlamentarios vallecaucanos del Polo Democrático se han echado muy a pecho su condición de jefes del partido y les ha dado por legitimar las jugarreta de la manguala  centralista presentando un candidato de la oposición, que a decir verdad no tiene ninguna opción, ya que para la comunidad vallecaucana es un perfecto desconocido y no tiene el tiempo suficiente para lograr calar en los electores y derrotar las añejas maquinarias electoreras establecidas en los municipios y además su candidato con sularga trayectoria como sindicalista en la Universidad del Valle no logra las mejores referencias tanto de profesores como de alumnos. Tal parece que el propósito de los jefes del Polo es solo la reposición de los votos, así legitimen con ello un atropello contra el departamento y las clases populares que ellos dicen defender.

De otra parte en este carnaval electorero se presentan toda clase de personajes que pretenden seguir sacando rédito de su pasado revolucionario y desprovistos de toda vergüenza y coherencia ideológica, andan migrando desesperadamente de un lado para otro (ya los vimos al lado del destituido gobernador Useche) tratando de ubicarse en cualquier cargo público, porque lo único que les importa es ser burócratas profesionales, sin tener en cuenta los intereses generales y para justificar sus incongruentes posiciones y malas compañías  se posicionan en imposibles éticos malamente argumentados como en esta perla: “al pobrecito señor Juan Carlos Martínez se le ha satanizado demasiado”, cuando la opinión pública sabe muy bien que este todo poderoso señor ya fue juzgado y condenado por los más altos tribunales de la nación, por lo tanto  es el mayor responsable de la lamentable situación del departamento. A Dios gracias, estos “independientes” son un insignificante grupo que hoy están buscando cupo en la manguala nacional.

Como soñar no cuesta nada, el deseo lleva a pensar que sería ideal  que los vallecaucanos se pusieran la mano en el “considere” y les diera algún día por rebelarse ante esta situación, vieran en las próximas elecciones atípicas con la designación de la  mediocridad ungida para próximo gobernador por el  sanedrín  residente en el Olimpo bogotano y no teniendo otra opción viable, la ciudadanía vallecaucana les respondiera con un rotundo No, votando abrumadoramente por el voto en blanco el próximo primero de julio.

Votar en blanco es hoy la consigna para los vallecaucanos hasta que las cosas cambien y el Departamento encuentre su verdadero rumbo y con ello un mejor futuro.

MANUEL JOSÉ GONZÁLEZ

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