Este
documento fue elaborado por el Escritor, Omar Vesga Núñez, y el Economista, Juan Guillermo Echeverry Gutiérrez, de
acuerdo a las experiencias personales en
sus respectivos campos. Consta de dos partes; una primera, filosófica y socio
pedagógica, y una segunda, económico financiera.
Introducción
En la
historia reciente de Colombia se hizo antes una paz con las guerrillas
liberales de Guadalupe Salcedo, luego con el M19, el EPL, el Quintín Lame, la
Corriente Socialista, y ahora con las FARC. De manera que se hace necesaria una
breve reflexión sobre algunas de las recientes experiencias, para ilustrar sobre
la oportunidad de esta propuesta.
Nuestra
mirada al desmovilizado se centra primero
en el ser humano, cabeza de familia, en segundo
lugar, en su capacidad como creador y reproductor de las condiciones
sociales.
Las
experiencias anteriores de procesos de paz, muestran el mínimo impacto positivo
en la mayoría de quienes se acogieron a estos programas, y también su escasa influencia
en la economía y la sociedad colombiana, según nuestra experiencia de
acompañamiento y estudio informal de algunas experiencias recientes.
¿Por qué? Una
de las razones fue la estrecha filosofía sobre el mundo y la reinserción, concepción
que incluyó discriminación social encubierta, ignorancia sobre el papel del
Estado y la ciudadanía y corrupción en su aplicación. Se trató de una acción
meramente administrativa, economicista a ultranza, y desde el punto de vista
político fue otra oportunidad para mejorar la imagen del régimen político de la
época, todo esto representado bajo la forma sutil de caridad pública.
Prueba de
ello son las escasas experiencias que lograron transformar tales ayudas en
iniciativas productivas importantes. El reinsertado fue concebido y tratado
como un individuo en desgracia, antisocial por condena, sin ninguna proyección
como ser social productivo y menos como ser humano. Las pocas diferencias a
este modelo fueron realizadas por algunas ONGs, que colaboraron o aún lo hacen
en estos programas.
La estrecha
idea sobre el reinsertado, se puede graficar en una copia del imaginario urbano
sobre el habitante de la calle, como ser desgraciado y problemático para la
“normalidad”. Esto produjo en la mentalidad de muchos reinsertados, frustración,
resentimiento y en muchos casos regreso
a la anterior costumbre de violencia rentable de las bandas ilegales.
Sin ahondar
más en las limitaciones antropológicas, sociológicas e históricas, planteamos
que el reinsertado, en primer lugar, es un ser humano, hombre o mujer, esposo,
padre de familia, hermano, hijo, y un ciudadano colombiano. En segundo lugar un
ser creativo y productivo.
Esto exige
aplicar como política y filosofía de Estado, el estímulo al desarrollo de las
facultades humanas de estas personas y sus
comunidades, en los aspectos espirituales, emocionales, creativos y productivos.
Se trata del rescate de los valores de nuestra nación, de su histórica destreza
creativa, de nuestra identidad plurinacional, no como retórica sino como planes
de desarrollo económico. Desde el punto de vista económico, diremos que se
trata de una fuerza laboral excluida del mercado.
Partimos de
la convicción humanista, que el reinsertado (como el drogadicto), es un
potencial creativo y productivo de la nación colombiana, que debido a determinadas
circunstancias negativas se encuentra temporalmente inhabilitado, desconectado
de su fuerza interior, por esto el papel del Estado y la sociedad es favorecer el
restablecimiento del potencial humano de
sus miembros.
Esta idea nos
lleva al planteamiento franco, que la rebeldía contra la ideología que niega la
esencia humana es un derecho universal, y un camino obligado contra condiciones
sociales de exclusión e injusticia, padecidas en nuestra historia con profusión
de “detalles”. También pensamos que esta
rebeldía eternizada en prácticas violentas y mafiosas, prueba que son la cara oculta
de una enfermedad de la sociedad colombiana, pues la otra cara, la “legal” e institucional, ha favorecido
tales prácticas para lucrar oscuros intereses.
No se trata
de la perversa interpretación de malos contra buenos, pues, un fenómeno social que
ha perdurado en la historia de un país destruyendo su tejido afectivo y su memoria
cultural, tiene origen en el conjunto de la sociedad no en sus partes anómalas.
Es decir, aquí todos somos culpables y todos somos inocentes.
Sintetizando,
diremos desde la ciencia, la filosofía y el psicoanálisis, que “no
existe objeto sin sujeto que lo nombre”, como planteaba el profesor Estanislao Zuleta, por esto, los problemas
sociales del país nacional son de TODA la sociedad, pero visibilizados por “lo malo y lo feo”, sin
embargo, son paridos diariamente por la
misma y única madre, la sociedad colombiana.
De manera que
nosotros, los sujetos, individuales y sociales, los ciudadanos del Estado Social
de Derecho junto con sus instituciones, somos los llamados a arreglar este
entuerto histórico, pero con una nueva visión futurista en un proceso
pedagógico de cambio e inclusión
social y productiva.
Por esto, es
imposible alcanzar una verdadera solución sin comprometer la responsabilidad de
TODA la sociedad, desde la institucionalidad estatal y política, la empresa
privada, las comunidades, las familias, las personas, es decir, los que nos
consideramos sanos y respetables; y los que el imaginario institucional
considera fuera de la ley, así como también los enfermos sociales. Para que la
solución sea verdaderamente tal, si bien hay culpables históricos y judiciales,
(cuyas instancias cumplen su papel), se trata de saltar del circulo vicioso
del odio y la exclusión, a la espiral virtuosa de la integración, la renovación,
espiritual, afectiva, moral, creativa y productiva de la nación colombiana.
Pero un
ciudadano no puede ser productivo, si conceptual y emocionalmente se encuentra
resentido, “trincado por dentro”, por esto la pedagogía síquica, emocional y
productiva, es fundamental en este proceso de recuperación de nuestra identidad
personal y nacional. Esta identidad está amasada con nuestras creencias,
sueños, fracasos y esperanzas; cielos e infiernos con los cuales tejemos
diariamente los hilos de la vida cotidiana.
Y el instrumento
ideal de este proceso histórico, es la renovación y estímulo de la esfera de
la Familia, como núcleo emocional y productivo de la sociedad. El reinsertado
no es un individuo, un agente económico atomizado, individualizado, frustrado,
sino que debe ser el representante y participante de un conjunto, una Familia
creativa, afectiva y productiva. Una familia en sentido amplio y
restringido.
Esta Propuesta-proyecto se traducirá en una garantía real de
reducción de la criminalidad en la etapa
post conflicto.
Diferimos
radicalmente de las soluciones de caridad, individuales o sociales, pues la
caridad reproduce la servidumbre
emocional deformando la voluntad humana, incapacitándola para transformar creativamente
su realidad externa material. Pues es la consciencia del sujeto, individual y
colectivo, quien crea su realidad en todos los ordenes lógicos y materiales del
universo social.
Esta “empresa
nacional”, este acuerdo de voluntades, también pasa por resguardar el pasado,
presente y futuro natural de nuestra geografía en lo económico, pero sobre todo
por el ejercicio práctico de los “nuevos” paradigmas de nuestros ancestros
indígenas, que consideran que “el hombre es hijo de la Madre Tierra”,
de Gaia, y que, “lo que le pase a la Madre Tierra le pasará también al hombre”.
Una sabia
tradición que enseña que la salud emocional de una sociedad, depende de su inclusión y respeto de la ley
natural, y no como se la considera actualmente como enemiga y depredadora de la
naturaleza. La pedagogía que proponemos es integral, desde la interioridad
sensible del sujeto histórico y personal, hacia una armonía con la naturaleza
“natural”, un acuerdo urgente para el para beneficio de TODA la raza humana y
su descendencia, por si acaso, nuestros hijos. Es decir, la PAZ es el futuro.
1
Filosofía de la PAZ
(Sin memoria no hay historia)
Todos
hemos sido ladrones, asesinos, prostitutas, alguna vez.
Ronald David Laing
Antisiquiatra
Ante la alucinación mediática sobre
las conversaciones de paz con la guerrilla, aparecen una avalancha de
“enjundiosos” “análisis” de todo tipo, para atravesarle palos ilustrados a las
ruedas de la paz y la conciliación nacional, por esto es bueno recordar algunos
antecedentes.
En primer lugar, nos apartamos
de los exámenes intelectuales que le dan a la realidad externa, al objeto, más
peso que al sujeto que la crea, es decir, la consciencia del sujeto histórico, la ciudadanía. Este modelo de interpretación del
mundo que el filósofo griego, Aristóteles representa, es desde hace más de 2.300
años la lógica, la cultura y la ideología de la civilización occidental.
En este modelo dualista todo es
blanco o negro, y en últimas la realidad depende de factores “objetivos”, es
decir, sin la intervención de facultades humanas como la intuición, el afecto y
la imaginación. En la ciencia, el mundo externo es una realidad sin sujeto, y
esa “cosa” es la que “llena” la mente de éste con los fenómenos. Desde la
religión, el aristotelismo-teológico, afirma, que el ser humano es incapaz de
modificar por sí mismo sin intermediarios divinos, su propia realidad, a pesar
de ser el hijo de un Dios, o sea, de tener la chispa divina en su corazón.
Así, los grandes cambios en el mundo
externo son producidos por dinámicas “objetivas”, las “ciegas” fuerzas
naturales, o por intervención divina, pues el estado natural de la sociedad
debe ser la inmovilidad, resumida en una
instancia científica, religiosa y política: el poder material.
Aclaramos, que los errores
conceptuales del señor Aristóteles fueron impuestos a sangre y fuego por los imperios
político-religiosos de occidente, en una política e ideología convenientes y nada
científicas. La almendra de esta ideología es pues, la negación del sujeto
como ser vivo, su reducción a objeto
productivo y a “castigo” celestial por una falta original. Por esto nos
ocupamos de la ideología que sustenta nuestra cultura de la PAZ y de la guerra,
y que penetra todos los poros sociales y los imaginarios de nuestras gentes.
También en
este proceso de PAZ aparecen muchas ideas, serias y banales sobre el mismo y
vale la pena detenerse en sus presupuestos. ¿De cuál paz hablamos? ¿Qué
significamos al referirnos a la PAZ? Si bien hay un escenario formal y
visible donde se va a pulsear esta PAZ, la
Mesa de Negociación, existe otro que es invisible y que cada día conspira para hacer
avanzar esta PAZ. Es a este escenario al que nos referiremos.
1.1- Esta PAZ criolla es hija de la nueva consciencia
planetaria
Abandonando
el parroquialismo que nos caracteriza como colombianos, observamos que en el
mundo social y político de las naciones crece la tendencia al diálogo y la
concertación en los conflictos armados. En los sociales, se manifiesta este
proceso por las masivas movilizaciones de los Indignados, los héroes anónimos
del siglo XXI, proceso múltiple de almas que reclaman respuestas colectivas y justicia, como en el
poema “El Sueño de las Escalinatas”,
del poeta Jorge Zalamea en Benarés, cuyos fragmentos cantan:
“COMO los lectores de libros sacros, los
pregoneros de milagrerías y los loteadores de paraísos y nirvanas, también yo
he de sentarme de espaldas al Río, frente a las escalinatas plagadas de
creyentes y obsediados por dioses vivos y muertos; frente a los Templos de
ladrillo y cobre en cuyas escamas de luz hierve y crepita; bajo los empinados
Palacios en cuyas azoteas cunde la algarabía de los monos.
TAMBIÉN yo he de llamar a los creyentes para que
formen corro en torno mío, y me escuchen…
¡CRECE, crece la audiencia!
QUE vengan todas las gentes de sudor y de pena de
Benarés, y me den todos ellos su venia para citar a los campesinos rebeldes de
Hayderabat…
A ESPALDAS del tartamudo locuaz, del vaquero
venido a más cuando se consagró matarife, del sordo a lo que no fuera reteñir
de monedas y de la bestia militar que tuvo tantas estrellas como pezuñas, a
espaldas del multifacético Burundún, los especuladores del platino, del
petróleo, del café, del hierro, del uranio y del mismo cielo azul que hicieron
de la sangrienta titeretada su agosto, ofreciendo como diversión a la agonía de
un pueblo la alharaca de los engreídos cubileteros de la libertad condicionada
y de la democracia de papel.
PERO ya están aquí las víctimas, con nosotros,
sobre las escalinatas. Y tienen voz y voto y veto en nuestro pleito.
¡CRECE, crece la audiencia!...
¡NO MÁS rumiantes!
¡NO MÁS falsarios de la razón!
¡SÓLO hombres!
¡SÓLO nuestra condición, hasta ahora contradicha!
¡ACUSA, acusa la audiencia!
(El sueño de las Escalinatas. Jorge
Zalamea. Fragmentos. Editorial El Áncora editores. Bogotá).
El oleaje
planetario de esa nueva consciencia llega cada vez con más fuerza a Colombia, seduciendo
a más colombianos hastiados del negocio
infame de la muerte de sus hijos. Este no es un cambio azaroso del planeta, es
el proceso natural evolutivo de la Madre tierra, como plantearon los Mayas hace
5.200 años, y las tradiciones de nuestras culturas nativas.
Se trata del
incremento de la consciencia de la vida, de la comprensión universal del
fenómeno que llamamos universo, que no se reduce a la sobrevivencia animal como
lo considera la ciencia, sino la manifestación de una inteligencia en el mundo
material de las formas físicas.
En el plano
social, esto se expresa en una nueva perspectiva sobre los conflictos humanos, que ya no pasan por la exclusión del otro,
idea típica del aristotelismo
ideológico, dominante en la cultura occidental desde hace más de 1.500
años.
1.2- La PAZ no es una opción, es el destino social
del siglo XXI
Si la PAZ es
fruto de la nueva consciencia planetaria, de la salud y la armonía, entonces, la
guerra es una enfermedad del alma colombiana. Detengámonos un poco en esta idea,
sin considerar que la guerra es el primer negocio de los países cristianos del
primer mundo y constituye una forma económica perversa de reproducción del
capital internacional.
La PAZ debe
ser, entonces, el estado natural del ser humano del siglo XXI, ¿Por qué? Porque
es la dialéctica, el movimiento de la vida, es decir, un estado de la energía consciente
que permite el flujo de las corrientes vitales, la reproducción de las
condiciones materiales y espirituales de
toda forma de vida.
Por esto las
culturas del antiguo oriente y las tradiciones indígenas, la cultivan como un
estado óptimo de salud que potencia la creatividad. También por esto, la PAZ
no se puede ni comprar ni negociar, ni conquistar, ya existe en nuestro
interior sensible, lo único que hay que hacer es dejarla fluir, dejarla hablar,
sin miedo ni prevención al otro, en el propósito común de compartir la
naturaleza y la existencia.
Pero la PAZ
también encierra una lógica natural. Sabemos que la diversidad es el secreto de
las especies de la naturaleza, y que su reproducción se hace por medio del intercambio
de sus cualidades vitales, expresada en la cadena alimenticia, una ley natural
mal leída y peor ejercida por la ciencia y la cultura de occidente, ya que se
aplica a la sociedad como la “necesidad de la guerra”.
La cadena
alimenticia, garantiza el equilibrio de las especies con respecto a las
condiciones de su hábitat, entregando algunos individuos o células en aras de
la continuidad del conjunto, el “alma colectiva” dirían nuestros taitas, ritual
en el cual los animales físicos mueren para alimentar a otros y también a su
hermanos humanos, pero su consciencia continúa existiendo, ya que es energía
vital del universo, por tanto, cambia pero no
desaparece.
Esta ley
natural no pasa por la interpretación superficial del señor Darwin, que habló
de la supervivencia del más fuerte. Una idea “oportuna” de la filosofía victoriana de los
imperios coloniales de la época, que privilegia la compensación y el equilibrio
de las especies. Sabemos por el Mito de las grandes culturas, que ciertos
ejemplares se “sacrifican” como alimento a otras especies a través de una
retribución energética. Por ejemplo, los cazadores primitivos realizaban
rituales de agradecimiento antes de la cacería, para lograr el sustento de su
comunidad. Una costumbre que aún se da entre las culturas nativas del planeta.
Tenemos aquí
un ejemplo práctico de la ley natural, de una lógica del desarrollo de las
especies que comparten e intercambian cualidades físicas y energéticas, con sus
intencionalidades y niveles multidimensionales.
Traemos a
colación la idea del darwinismo social, ya que éste es uno de los sustentos
ideológicos de las guerras coloniales del pasado y del presente. El raciocinio
de la supuesta lucha del más fuerte en el reino animal, aplicado con
maquillajes teóricos a la sociología y a la política de las naciones, incluye
una lectura caprichosa del instinto de conservación del individuo. De este
disparate deducimos dos consecuencias ideológicas con apariencia científica:
A)- Por
definición se reduce el mundo animal a dos características absolutas, o sea,
estructurales, que se cumple en cualquier condición; una fuerte y otra débil,
sin comprender la sabia economía orgánica del comportamiento animal, que en
muchos casos la desmiente, pues la aplicación de la cadena alimenticia nunca es
mecánica, ni violenta, tampoco sin propósito alimenticio, tal cual la aplica el
sujeto “civilizado” de occidente.
B)- Que la
supremacía de este ejemplar absoluto, padre de las especie, es siempre el macho
por una cualidad meramente física, como traducía el instinto la ciencia
victoriana que aún es dogma en muchas academias. Para el caso social, esta
supremacía se hace por medio de la fuerza físico-tecnológica, no por los
valores que supuestamente definen al hombre cristiano de occidente.
Es bastante
discutible desde el punto de vista natural, sostener que la supervivencia de
las especies depende de factores aleatorios y superficiales como la fuerza
física, o la astucia, sin considerar que un ser natural es un organismo
sensible e inteligente, una célula orgánica de un conjunto infinito llamado
universo. Así, con gran ligereza intelectual, diríamos ideológica, se considera
que la inteligencia es depredadora por definición, sin tener en cuenta que la
necesidad animal es dirigida por la sensibilidad de la especie, que en el caso
humano se “traduce” como afecto.
Toda especie
forma una doble polaridad femenina y masculina, en la cual, por lo general, la
hembra es la que escoge al macho ideal para la reproducción de aquella, incluso
para la raza humana, hecho que demuestra
que las cualidades óptimas de la descendencia animal se deben a la ecuación
instintiva, hembra-macho, no sólo del macho.
Dentro de esta
misma lógica darwiniana, en lo social y lo político, se dice que un conflicto
de intereses opuestos debe cesar con la eliminación, o “neutralización” del
enemigo, eufemismo elegante para señalar tales acciones criminales, según las
agencias de espionaje en la reciente guerra fría, que al parecer, aún perturba
las mentes de algunos líderes políticos y militares del mundo.
Si seguimos
la metodología del darwinismo social, este lleva al modelo de su reproducción, magistralmente
representado en el cine por el director de cine, Francis Ford Coppola, en su serie
cinematográfica “El Padrino”, con sus
personajes Don Vito Corleone y su familia. Así, la supervivencia del más
fuerte genera una lógica excluyente, una cultura y una organización social afín
a sus intereses; las Mafias, los Carteles. Si bien en este caso se trató de
un caso histórico de la isla de Sicilia, es todo un sistema de vida aplicable a
cualquier sociedad moderna.
Pero este
sistema no es perfecto. Los más fuertes deben organizarse en mafias, ya que los
“débiles”, también inteligentes, no se dejarán eliminar fácilmente, por esto se
generalizaron las logias, mafias y grupos conspirativos para enfrentar a los
enemigos, “probables” o reales en todas las órdenes, militar, económica, política,
académica, y religiosa del poder. De esta manera la cuota de poder material es
la “especie” cultural a defender a toda costa, por el supuestamente más fuerte,
que como sabemos termina en la democracia de los incapaces.
1.3- Dos caminos a la PAZ: el Aristotélico y el Platónico
¿Qué implica
la PAZ como estado natural del ciudadano? Nuestra tesis recoge la diferencia
conceptual de la antigua filosofía griega, entre los pensadores Platón y Aristóteles, padres e
inspiradores de la civilización occidental.
Respecto al
tema que nos ocupa sobre la verdad de la condición humana, Platón sostenía la
idea, que la vía para llegar a la verdad de la existencia era a través de la
búsqueda interior, de la investigación, la dialéctica, profundizando en los
fantasmas propios y luego los del otro, el semejante. Esta verdad era concreta,
sensible, existencial y natural.
Su alumno,
Aristóteles, redujo este proceso dialéctico sensible y espiritual, a una lógica
intelectual donde la verdad de la existencia se alcanza con un buen razonamiento,
un buen discurso, para lo cual aportó las reglas del Silogismo, que creemos no
es de su cosecha como se considera, sino que proviene de la matemática
pitagórica varios siglos anterior a él.
Así, para el
señor Aristóteles la experiencia sensible del sujeto no cuenta, sólo la
correcta enunciación formal de la idea. Y sabemos, que esta gramática del
discurso produce resultados abstractos e intelectuales sobre la vida, una
conclusión que el pensador griego tomó por verdad absoluta de toda existencia.
Posteriormente,
Aristóteles se convertiría en el gurú de la ciencia y las religiones
occidentales, con su estrecha y prejuiciada concepción sobre el universo que
reduce la infinita diversidad de la vida a dualidades absolutas y eternas, donde
A es A y no puede ser No A, o es blanco o es negro, o es verdad o es falsedad.
Este método dualista fue complementado siglos después por otro neoaristotélico
famoso, considerado Padre de la Filosofía occidental, el canónigo y matemático,
Renato Descartes, con su aporte al
razonamiento silogístico, la Duda Metódica.
Podemos
sintetizar este acopio aristotélico, que nos dice que la verdad de la
existencia humana no se encuentra en ella misma, en su consciencia sensible,
sino en el mundo externo material y en la efímera imagen que el intelecto le
ofrece a través de los sentidos físicos y el discurso. Traemos a colación unos
aportes de otras obras donde se aborda el tema con más detalle:
“Los
aportes sistematizadores de Aristóteles se orientaron a reducir el conocimiento
a fórmulas lógicas bivalentes, al discurso formal, fracturando la unidad
orgánico-sensible del mundo, marchitando el conocimiento vivo de sus colegas,
llevándolo al quietismo y atomizando la realidad en cientos de ideas fútiles, que
sentaron las bases del mecanicismo que completarían Descartes y Newton, siglos
después”.
(La Cretinización de Occidente. Cuadernos
copernicanos-1. 2010. Omar Vesga Núñez. Página 44. En prensa).
Y a
diferencia de Aristóteles, su maestro Platón sostenía:
“Para Platón
el conocimiento consiste en una experiencia del ser y éste pasa por el afecto,
la sensibilidad. Llegamos así, al planteamiento revolucionario de Platón, que
el saber es un aspecto del amor, que
sólo se sabe cuando se ama, algo insólito para la época e incluso para la
actualidad cuando la pedagogía oficial de occidente se apoya cada vez más en el
mercado… El ideal científico de concepto moderno se encuentra en el principio
matemático donde supuestamente no existe
interferencia emotiva… Concluimos entonces, que el acervo total del
conocimiento de occidente, debe ser sólo intelectual, objetivo, aséptico,
estéril, y si fuese un cuerpo de ideas sería un cadáver racional”
(Corrupción la Moral del Vacío. Omar
Vesga Núñez. Cuadernos copernicanos-2. 2011. Página 81. En prensa).
Se preguntará
el lector atento, por qué damos esta vuelta por la fuente griega. Porque la
justificación de la deformada conducta humana, se desprende de la ideología
aristotélica que castra en el sujeto social e individual, la libertad y el libre
albedrío, para entregar estas facultades a instancias del poder ajenas al
sentir del ciudadano, silenciando que estas responden a su iniciativa. Esta
manipulación mental es el alimento diario de las guerras intestinas de los
países y entre las naciones.
Decíamos que
la PAZ es un destino humano, porque responde a la evolución de la consciencia
planetaria. Un proceso irreversible, pero no para la cultura occidental
divorciada de su Madre natural. Así, aquella a través de la historia se inventó
dos caminos; el difícil y el fácil, el aristotélico y el platónico.
El primero está
motivado por el miedo y la ignorancia respecto al universo, se apega al cuerpo
físico y a la materialidad, privilegia la inmovilidad al cambio, divide al
mundo entre lo conocido y lo desconocido, entre lo sagrado y lo profano, entre
fieles e infieles, entre lo familiar y lo amenazador, entre lo nuestro y lo
suyo, lo cual lleva a la exclusión del otro y a la sobrevaloración de ego y su
pandilla de miedos.
En consecuencia,
este ego “amenazado”, para sobrevivir debe excluir al otro, hacerle la guerra.
En lo económico, “resguardando”, privatizando los recursos naturales para un
grupo selecto; en lo político, las naciones “más inteligentes” deben gobernar
al resto; en lo social, la riqueza
pertenece al grupo escogido que “la merece”, su ciencia está atiborrada
de jergas y oscuridades que hacen difícil al ciudadano analfabeto entender a
qué vino a este mundo. Así se despliega esta esquizofrénica metodología
cultural, “alta norma” del occidente civilizado. Todo esto se nos enseña adornado
con teorías enjundiosas, que en últimas niegan la creatividad y la libertad del
ciudadano para transformar su mundo.
En la cultura
de nuestros países, el camino aristotélico por medio de una tecnología
insensible, intoxica las mentes con mentiras, chismes, banalidades, odios, toda
una horda de emociones negativas sólo para sumar “rentabilidad” a sus capitales.
Acciones que rayan en lo criminal del código penal, pues se constituyen en una
incitación pública a la violencia, bajo la perversa figura del “entretenimiento”
para nuestros niños y jóvenes, con la complicidad burocrática de autoridades
civiles y eclesiásticas. Es hipócrita por decir lo menos, la idea aristotélica
de la moralidad en algunos medios privados de comunicación, que a la par que
promueven descaradamente la violencia, censuran la sexualidad sana, una
prohibición que estimula la pornografía y la degradación de la relación erótica
entre nuestros jóvenes.
El camino
aristotélico a la PAZ desde hace cientos de años, está atiborrado de dificultades,
tropiezos, desconfianzas y exclusiones del diferente. En el fondo, el hombre
aristotélico atiende sólo a su propia estampa, las otras son sombras tenebrosas,
teniendo siempre a mano un costal de razones y una sarta de razonamientos para
desconfiar del opositor. Apuntala la seguridad de su pequeño ego aplicando la
regla milenaria de la venganza, del ojo por ojo y diente por diente. Para este hombre
aristotélico no existe la diversidad natural y menos la solidaridad entre hermanos,
para no mencionar que es incrédulo de la sabia palabra de su maestro, Jesús de
Nazareth, que decía que todos somos hijos del mismo Padre.
El camino
fácil, el platónico fue primero, y tal vez muy precoz para el occidente que
terminó rechazándolo. ¿Por qué decimos que este camino platónico es el fácil?
Porque Platón, alumno de su maestro Sócrates, tenía la convicción que la verdad
de la existencia y del saber, no solo se encontraban en la investigación del interior
de cada cual, sino que su camino era el afecto, el amor, como lo plantea la
sabia prostituta Diotima, en sus famosos Diálogos.
Platón, desde
la Filosofía en occidente, siguió el camino de la compasión a toda criatura
viviente, predicada por el Buda Sakyamuni siglos antes en la India, y se
anticipó tal vez 400 años a Jesús de Nazareth, al levantar el amor como el camino
a la verdad. Sabemos que la propuesta y ejercicio del maestro Jesús sobre el
amor, como esencia universal, fue mucho más profunda para la cultura humana que
el saber filosófico griego, entre otras razones, porque nos descubrió el Perdón
y la Reconciliación entre los hermanos, como imperativo de la organización
social, algo poco mencionado en la sociología y la política modernas.
El camino
platónico parte del reconocimiento de sí mismo y del otro, de la inclusión del
diferente, a través de la sabia, sensible e inteligente, dialéctica del saber y
del querer, es decir, del movimiento de la energía vital que renueva sus formas
físicas a través de ciclos transformado los
opuestos, no excluyéndolos. Es históricamente irónico que este
camino que denominamos fácil, porque sólo precisa la apertura del corazón y la
confianza en la Madre naturaleza, sea el que más cueste aplicar a las naciones
modernas, por la cultivada rutina de la ignorancia que algunos poderes siembran
en las mentes ciudadanas, desde hace cientos de años.
1.4- El Error y la Enfermedad social, caminos
de la condición humana
El
pensamiento aristotélico describe casi todas las categorías del pensamiento
occidental. Esto tiene que ver con las concepciones de la Ética, la Sociología
y la Medicina. El error en la lógica aristotélica pasa a ser la enfermedad en
la Medicina, el delito en el Derecho y la rebeldía en la Sociología, por esto la
motivación intelectual desde el Estado es “combatirlos”. Se trata de la misma
metodología mecánica de eliminar al “enemigo”, al contrario, que se aparta del
rebaño social o se opone a activamente a la norma establecida de la mayoría, por
esto no se busca transformarlo.
Al tener una
imagen fragmentada del universo, el hombre aristotélico sólo distingue partes que chocan entre sí, sin
percibir el conjunto natural y espiritual que los enlaza. Su corral es la
obediencia ciega pues lo nuevo es peligroso para su integridad personal,
material o física. Así, el rebelde por enfermedad, vicio o delincuencia, al constituirse
en una probable o real amenaza debe ser
excluido del panorama conceptual y social, y para esto existen lugares para
confinar estos rebeldes; hospitales, manicomios y cárceles. Estos individuos
son “desechos”, están “perdidos” para la normalidad social, por tanto, no
ameritan grandes inversiones para su recuperación.
El
aristotélico razona con gran seguridad e ingenuidad, que la parte de la
sociedad que cayó “en desgracia”, o enfermedad, es la porción enferma que nada tiene que ver con la suya, la pieza
sana del cuerpo social. Esta idea crea una moral y una política interesada que
excluye al semejante, al “débil”, al diferente. Idea equivocada que al ser
estimulada por el Estado se transforma en política, impidiendo la
reconstitución del cuerpo social, la salud mental de una nación, y por ende su
productividad, caso Colombia.
La concepción
de Platón respecto a la condición humana es integral. Para él no existen seres
inferiores ni superiores, sólo perezosos o despiertos, y una sociedad es una
gran familia con diversos talentos individuales que buscan su sana aplicación,
y deben marchar en armonía con la persona y la familia, favoreciendo la
realización individual que por progresión geométrica significa la realización de toda la
sociedad.
Esto se
refiere específicamente al rescate humano no sólo de los rebeldes, sino de los
“hombres de bien”, ya que toda la sociedad
colombiana es la que está enferma de desesperanza, egoísmo, odio y fanatismo, carente de afecto y respeto desde la
familia, y cuyas instituciones han sido incapaces de cumplir sus metas sociales
produciendo diariamente: rebeldes políticos, paramilitares, drogadictos, delincuentes,
narcotraficantes, enfermos mentales, ladrones de cuello blanco y los callejeros
de tenis, políticos corruptos, banqueros codiciosos, funcionarios públicos
venales, empresarios estafadores, militares ambiciosos, clérigos pederastas, sindicalistas
mañosos, estudiantes tramposos, y prostitutas obligadas al trabajo sexual por inconfesables
causas de la niñez, que deberían avergonzar a toda una sociedad que se dice
cristiana.
En este
inventario de la enfermedad nacional, es una ironía que la mujer, tan rebajada en
su condición de compañera y amante del macho por las religiones de occidente,
no represente un papel mayoritario en este prontuario clínico nacional, y más
bien ella, la madre, esposa, hermana e hija de la raza, que lleva hoy en muchos
casos la carga material y emocional de los hogares, sea la más radical y poco
escuchada en la búsqueda de la PAZ y la defensa de la vida de nosotros, los
colombianos. Una infame ironía del país político, sin embargo, consagrado cada
año al Sagrado Corazón de Jesús.
Sintetizando
diremos, que el camino platónico es la recuperación integral, humana y
productiva de todo ser humano desesperanzado, que por los caminos torcidos de la
existencia busca un lugar no sólo decente, sino de respeto y oportunidades en
esta sociedad. Por esto concluimos este apartado con una sabia advertencia de
hace 2.000 años del maestro Jesús de Nazareth, para quienes se encuentran en
la Mesa de Diálogo de la PAZ, y para el pueblo colombiano: “Quien esté libre de culpa que lance la
primera piedra”.
De manera,
que los obstáculos a la PAZ no son sólo intereses materiales de quienes se lucran
con el desorden y la muerte, sino que responde a una interpretación cultural
estrecha del mundo externo, presente en la cultura occidental desde hace
cientos de años, obstáculos que deben ser removidos y aclarados para
continuar el camino, como lo planteamos en otra obra:
“La condena autoritaria del error
desde la lógica, es la castración de la búsqueda libre de la verdad, pues la
búsqueda como veíamos, implica ensayos, y por supuesto equivocaciones. Se trata
de un combate al fundamento mismo de la verdad, ya que se busca lo que no se
tiene, y suponiendo que no tenemos la verdad, así lo define el aristotelismo,
la búsqueda será el camino humano, inteligente, y lógico para acceder a él.
Ahora si el error es lo opuesto a la verdad, no puede ser declarado forajido en
el país de la verdad, pues es su otra cara.
La criminalización del error desde la
lógica, tanto en la ciencia como en la religión, es una trampa
aristotélico-cartesiana para reprimir la sensibilidad del sujeto al interpretar
su mundo externo. Es otro capítulo de la razón contra la concepción natural del
universo. Sin errores no existen verdades nos han enseñado los antiguos
sabios platónicos y socráticos y los taitas de las culturas nativas. La
verdadera racionalidad del discurso es aceptar el error como camino a la
verdad, es lo verdaderamente lógico. Si la verdad es la verdad, la realidad no
tiene amenaza lógica de ningún tipo, como lo veremos. La condena del error
no es una operación lógica sino ideológica, para mantener la sumisión del pensador
en la adoración del mundo inanimado de la abstracción.
Aquí damos la razón a los rebeldes de
todos los tiempos que declararon su derecho a la equivocación, a “otra” verdad,
a costa de su vida como lo relata la historia antigua y reciente. Aquellos
valientes levantan el derecho a la equivocación, a la democratización en la
búsqueda sensible, lógica y práctica, de la verdad personal, que implica
reconocimiento del otro diferente, la inclusión de otros caminos distintos, la
dialéctica orgánica de la vida, combatida por los geocentrismos de todas las
épocas y todos los pelajes. Como decían los antiguos sabios, “no existen
caminos buenos ni caminos malos”, sólo existen caminos, para encontrar el
sentido de la existencia de cada cual, para reconectarse directamente con la
Fuente de la vida que habita nuestro corazón”.
(Astronomía
de la vida cotidiana. Cuadernos copernicanos-3. Omar Vesga Núñez. 2012. En
prensa).
Se trata
entonces desde el platonismo, para darle un nombre, de rescatarnos a nosotros
mismos que nos creemos sanos y respetables, rescatando en la Paz y la
Reconciliación a todos quienes atraviesan por dificultades emocionales y
mentales, para entender su papel creativo en esta sociedad, y realizar juntos
el propósito nacional de la Reconciliación y la PAZ, que son las fuerzas más
productivas conocidas, ya que desatan toda la creatividad y alegría de un pueblo,
el colombiano, que a pesar del largo castigo de las distintas guerras
políticas, económicas, religiosas y sociales, continúa su camino sin desmayo en
la búsqueda de su merecido futuro de
realización.
1.5- Pedagogía de la Salud Emocional
Para el éxito
de este vasto programa se requieren varias etapas ya que se trata de la
recuperación emocional, moral, productiva y ambiental de un país.
En la primera
etapa se trata de sanar las heridas de la guerra, con tratamientos
sicológicos y físicos integrales a aquellos que se encuentran en difíciles
condiciones de salud, insistiendo en la parte sicológica. Es fundamental favorecer
la integración familiar y o estimular la formación de familias.
La
reinserción es primero emocional, el rescate de la confianza como
personas a través de la recuperación de los valores morales y humanos. En
segundo lugar, viene la reinserción laboral que implica la capacitación
técnica de los excombatientes, insistimos en un ambiente afectivamente sano y
que le garantice que son ciudadanos y personas útiles a sí mismos, a sus
familias y a la sociedad.
Consideramos
que se puede sintetizar este proceso en dos etapas. La primera, empezaría ahora,
durante las negociaciones. Mientras se socializa el programa se debe
comenzar con la selección, creación y capacitación de equipos promotores y
orientadores del proceso.
La segunda etapa, sería la de implementación o
sea, la del pos conflicto.
1.6- Pedagogía Cultural
Uno de los
ingredientes de la violencia es la ignorancia, sobre uno mismo, sobre el mundo externo
y la naturaleza. Entonces no se trata
sólo de una capacitación laboral y técnica sino de ofrecer y garantizar una perspectiva
de vida, de Proyectos de Vida.
Para esto es
fundamental reconectar al hombre con la naturaleza y luego con la sociedad. La
reconexión con la naturaleza implica nuevas paradigmas sobre el mundo,
rescatando los saberes populares y ancestrales, que nos permiten comprender que
cuidar y conservar la naturaleza es cuidarnos a nosotros mismos, y por ende ser
mejores personas y mejores ciudadanos, para garantizar la vida de las generaciones
futuras, hijos, nietos.
Para esto
necesitamos la iniciación y continuidad de una
permanente alfabetización cultural con producción y edición de materiales
educativos y el acceso a las tecnologías de la comunicación, videos,
documentales educativos, con saberes de las propias comunidades y de las
ciencias que favorezcan la salud emocional, intelectual, productiva y creativa
de las comunidades.
Para esto se
necesita la producción de colecciones culturales, literarias, científicas, sicológicas,
y estímulo al folclor de comunidades, familias y personas.
1.7- Pedagogía de la PAZ
“La paz no
sólo es el desarme de las manos sino de los corazones”, decía un pensador. Esta
idea también desnuda el fracaso histórico de 2.000 años de las religiones de
occidente para ofrecer una respuesta espiritual satisfactoria al hombre
occidental, y al colombiano en particular. Para quien se escandalice con esta
afirmación, lo invitamos a repasar la historia nacional que muestra durante la
llamada “violencia” de los años 50, que desde los púlpitos se incitó la lucha
contra las guerrillas campesinas rojas, mientras literalmente se escondía en
las sacristías a las bandas azules de los “pájaros”. De estas y otras historias
la literatura ofrece ejemplos como la
novela, “Cóndores no entierran todos los
días”, del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal. Estas guerrillas azules, son
el antecedente histórico de las Autodefensas Campesinas, o ejércitos
paramilitares, semioficiales, como consta en los prontuarios de los “hombres de
bien” del país político y económico, para apuntalar la civilización cristiana
occidental “en peligro”.
Por esto, es
por lo menos ridículo y falto de ética periodística, la pretensión de algunos
medios de comunicación en la actual Mesa de Diálogo con la guerrilla, de
propagar el perverso imaginario que se trata de un encuentro entre ángeles y
demonios. Sólo basta examinar la historia colombiana y los prontuarios
judiciales, para constatar que hasta ahora, en la política colombiana, han
ganado los demonios, y los ángeles son minoría pues son quienes buscan la PAZ.
Pero también hay que decir que en este plano terrestre, los demonios, ángeles
caídos según la versión bíblica, son el lado oscuro de la luz que cuando
comprendan su error serán iluminados con la gracia, en nuestro caso histórico
colombiano, es la PAZ; ya que los acuerdos de PAZ en cualquier país se hacen
entre demonios no entre ángeles, y es desde este estado de oscuridad, egoísmo,
resentimiento y abismo que surgen los nuevos ciclos de luz y bienaventuranza, como
los relata el libro del Génesis.
No tenemos otra materia prima para la PAZ, que el
barro y las limitaciones humanas de nosotros, los colombianos, por esto, el
logro del aplazado anhelo de la PAZ, implica
no sólo el acuerdo entre los bandos en conflicto, sino la construcción de
objetivos comunes, de perspectivas o dimensiones universales que unifiquen a los
sectores sociales de la nación, a las comunidades, a las personas, sobre todo,
al país político como llamó Jorge
Eliécer Gaitán, a quienes son responsables de altas magistraturas y actividades
económicas, pues el país nacional el
de alpargata, hoy de tenis y sandalias, es la invisibilizada víctima histórica
de esta guerra infame.
Por esto hay que avanzar con firmeza y decisión, más
allá de las limitaciones parroquiales y egoístas que nos caracterizan, para
garantizar una sociedad en paz, una nueva comunidad de seres humanos que viven
en un solo hábitat planetario, es decir, integrada a la naturaleza y el
universo.
Este, también
es un reconocimiento al gobierno actual del presidente Santos, quien con
valentía puso sobre la mesa política del país, este imperativo histórico nacional,
independientemente de las diferencias conceptuales que manifestamos ante
algunas de sus políticas de gobierno. También a quienes representando los
grupos económicos apoyan el proceso, y a riesgo de parecer ingenuos creemos en
su sinceridad como personas. Y también el valor de los militares que acompañan
los Diálogos, pues cuestiona el paradigma de su estrategia y porque su oficio
constitucional implica un sacrificio personal y de la cotidianidad de sus
hogares. También, a la guerrilla de las FARC, que a pesar de su necedad
política y cierto militarismo que nos parece desfasado, se ha decidido con
valor de futuro y a pesar de los duros golpes recibidos, a sentarse a la mesa.
Para
finalizar estos solidarios, afectuosos y respetuosos, también, solicitamos como ciudadanos creyentes y luchadores por la PAZ
de Colombia, a TODOS los negociadores:
SINCERIDAD EN
LAS PALABRAS Y LOS ACTOS, que la PAZ otorgará el merecido reconocimiento moral
y material si se hace desde el corazón y la honestidad de seres humanos.
Sabemos que
la guerra es una vorágine depredadora que no respeta bandos ni familias, más,
cuando este conflicto colombiano se ha degradado tanto, que reventó los clásicos
manuales de la guerra regular y la irregular, poniendo en jaque a largo plazo la
tecnología, aunque a corto plazo ha producido éxitos contundentes. Es sabido,
que la guerra moderna está cada día más cerca de la barbarie, lo que desnuda su
carácter eminentemente político y económico. Una experiencia negativa de la
humanidad en vías de desaparición.
Si la PAZ no
inaugura nuevos paradigmas sociales, políticos, emocionales y productivos para
el país, sería un fracaso no de los negociadores, sino de TODA la sociedad
colombiana y sus instituciones democráticas, lo que nos convertiría en el país
del absurdo, un país inviable en los tiempos de nuevas ideas y propuestas de
vida. Por esto, la PAZ no puede quedarse
en los arreglos coyunturales de las facciones en conflicto. Es un proceso
pedagógico de sanación, de dialéctica de las fuerzas sociales, de revitalización
de las generaciones colombianas, de las
comunidades y de los individuos, en su concepción sobre la naturaleza y la vida.
La PAZ es una
pedagogía de rescate del hombre y la mujer colombianos y de los elevados valores de la raza humana. Es pues
un rescate de la identidad cultural y social de la nación colombiana.
La PAZ debe
ser un proceso integrador de las comunidades colombianas de las regiones y
sectores, de las economías, de los saberes, donde el norte sea la realización
humana de sus miembros, y la armonía con el ambiente natural.
El
irreversible reto de la crisis económica mundial con su proceso de cambio
globalizado, exigen a las naciones estar sanas emocionalmente y productivas
socialmente, para elevar su calidad de vida y competir exitosamente en las
nuevas condiciones del mercado mundial.
1.8- Reconversión Agrícola del país
Esta
propuesta está basada en las Unidades Productivas Familiares, U.P.F.
Su objetivo
ambiental es la preservación de los bosques, la flora y fauna nativa del país. El
objetivo humano es la recuperación emocional, mental, y física de los
excombatientes.
El objetivo
social es la organización de Unidades Productivas
Familiares U.P.F., que como medianas
granjas de productos agrícolas, integren los cultivos de pan coger con
productos nativos para exportación, caso maní, cacao, etc., con su respectiva industrialización y comercialización.
Son granjas
autosuficientes, productiva y tecnológicamente, que generarán pequeños centros
poblados con las mínimas condiciones de salud, educación, cultura.
Uno de los
principales objetivos es rescatar productiva, social y ambientalmente el campo,
así como estimular la economía urbana, para que sean un factor dinamizador del
mercado interno nacional, a la vez incrementen
la fuerza laboral del país, y la vocación exportadora de los colombianos en los
nuevos mercados verdes del mundo.
Una de las
razones de la proliferación de los cultivos ilícitos en Colombia, es la
deformación de la economía con un alto grado de “depresión” y desestimulo
estatal a la agricultura mediana y pequeña en los renglones de exportación,
empresas que agrupan la mayor cantidad de familias campesinas en la economía nacional.
Esta
relegación institucionalizada por la globalización y los TLCs, que incluye un ejército
de desempleados rurales mal pagados y poco estimulados en su iniciativa
empresarial y o comunitaria, constituye un estímulo estructural a la economía
clandestina y super-rentable de las mafias, que se resume en la idea que, es
más rentable cultivar coca que café, o cualquier cultivo lícito, para no
mencionar las “externalidades” de violencia, degradación moral, social y
ambiental de tal lógica productiva.
Es sabido que
cada cultivo genera un imaginario cultural y social y una lógica organizativa y tecnológica de la producción. Esta propuesta busca desde la iniciativa de otra economía sana, desestimular
este tipo de lógica productiva perversa, que socava los valores humanos y
la dignidad de cualquier colombiano. Sólo basta observar la insania mediática
de algunos Medios de comunicación, que convirtió a los narcotraficantes en
héroes populares.
Sabemos que la
renta de estos cultivos ilícitos va a los grupos mafiosos y a la banca
internacional, y no se revierte a las comunidades que las producen como tales,
sino a los individuos en cuanto agentes de un sistema mecánico e inhumano, que estimula
su deshumanización socavando el tejido social de cualquier nación. Estamos convencidos, que el
narcotráfico es una economía política de la degradación humana, una
forma moderna de esclavitud, no sólo rentable para el capital internacional, sino
una forma de esclavitud emocional y social para los pueblos.
Nos llama la
atención el énfasis economicista de crítica a la economía del narcotráfico y el
silencio o tal vez ignorancia intencional sobre la cultura perversa que genera
tal sistema de reproducción del capital, cuando la banca mundial orientada por
algunas grandes potencias, se alimenta diariamente de esta “economía
subterránea”,(¿?) que le ha permitido pasar
con éxito, a veces, sus crisis
especulativas, y haciendo oídos sordos a líderes políticos y estudiosos serios
del tema, que llaman a un control
internacional de la circulación de estos capitales, y sobre todo a la
Transparencia, tanto en la economía como en la política.
No es un
secreto que las economías de los
imperios de occidente se levantaron en la reciente historia, sobre los huesos,
la sangre y la miseria de millones de indios, negros, blancos, amarillos y
mestizos de la tierra, siguiendo una vertiente lógica del aristotelismo teórico
que engendró el concepto del homo economicus, el hombre económico,
una tara conceptual y científica que es ideología de las sociedades modernas,
ya que el hombre y la mujer son ante todo, seres vivos, sensibles y pensantes,
no objetos económicos, mercancías.
Esto
significa, que el mercado mundial se mueve no por la acción mecánica,
“objetiva”, (¿?) de la absolutizada ley de la necesidad física, sino por las expectativas simbólicas y sicológicas, por
las ilusiones sembradas en las mentes de la población por la propaganda mediática
del capital. Una evidencia económica y sociológica, acallada en ciertos
estamentos intelectuales, que demuestra que el ciudadano, no sólo es el
Constituyente Primario de una Constitución Política, sino que es el artífice, el
agente económico dinamizador de cualquier capital, y creador de nuevas formas
económicas para el progreso de su nación.
La propuesta
de la Reconversión agrícola, implica no sólo lo específicamente económico sino
lo cultural y lo afectivo. El desestimulo debe entonces incluir el aspecto
social, cultural y productivo. Así las U.P.F., son una herramienta de
reconversión social de estas familias desgarradas por el conflicto armado y
esta economía perversa, además, la producción de estos cultivos es altamente contaminante
y destructiva de los menguados recursos naturales.
La
implementación de las U.P.F., busca desarrollar una nueva lógica productiva y
cultural sana y vital, que devuelva a nuestras comunidades su vocación agraria, artesanal e industrial, un imperativo económico no sólo de nuestra historia colombiana, sino
de la humanidad ante el irreversible
cambio climático y de evolución natural, cuyo impacto más dramático se dará en la restricción de la soberanía
alimentaria de las naciones.
1.9- Las Unidades Productivas Familiares, U.P.F.
Las Unidades
Productivas Familiares, son unidades agroindustriales que de acuerdo a la
situación social, agrícola y geográfica, serán sólo agrícolas o
agroindustriales, y estarán dentro de un circuito económico completo ya que su
producción tendrá garantizada la comercialización regional, nacional e
internacional, sea como redes productivas nacionales o en asocio con la empresa
privada, teniendo claro, que esta asociación no destruya ni devore a las UPF,
cuya modalidad puede ser asociativa, superando los vicios de esta modalidad.
Estas UPF,
tendrán al auditoría del gobierno nacional a través de una sola institución
encargada de este programa para evitar el cruce de políticas, intereses y la
corrupción.
Algunas de
estas UPF, pueden ser complementarias de otros programas productivos del país, como
los que lleva a cabo el Ministerio de Agricultura, ya que la idea central de
esta propuesta es que los reinsertados sean otra vez una fuerza productiva del
país.
Debemos
mencionar que la estrategia económica del gobierno del Presidente Santos, con
sus TLC y apertura comercial, implican una vigorización de los sectores
productivos nacionales, así como exige una fuerte identidad social y nacional
para lograr el salto económico a una
sociedad justa y de oportunidades para todos, en armonía con el medio ambiente
natural.
Sabemos que
la inversión del capital de las corporaciones multinacionales de materias
primas, no garantiza este tipo de desarrollo humano de la economía “nacional”.
Pues para esto debe existir un mercado interno dinámico y vigoroso, que en
nuestro caso, complemente la vocación creativa y productiva generadora de valor
agregado del pueblo colombiano.
De hecho
algunas de estas UPF, se convertirán en complemento de nuevos sectores
industriales y comerciales de la economía y otras crearan nuevas líneas de
exportación y comercialización.
1.10- Reforestación de 33´ millones de Árboles
Otro gran
objetivo de las UPF, es la reforestación del país con 33´ millones de árboles
nativos, con el objetivo de restaurar los bosques nativos, y la flora de las
regiones y sus Cuencas Hidrográficas.
Esta tarea que si bien es gigantesca exige una gran mano de obra, y va a
garantizar no sólo una base natural para la agricultura, sino a elevar la
calidad de vida de las ciudades. Se trata de un gran proyecto empresarial,
social y productivo para el campo y la ciudad.
Desde el
punto de vista ecológico, de la salud humana y del medio ambiente, sabemos que
los árboles son junto con el agua los grandes productores de Oxígeno, un elemento
clave para la reproducción de la vida humana, lo que incluye alimentos, salud
física, emocional y mental. Cuando decimos vida humana, nos referimos a la
salud ya que el oxígeno es un regenerador natural de primer orden del
metabolismo celular, además de su gran contribución a la captura
de CO2.
2
2.1Fondo Fiduciario de Inversión para la PAZ
F.F.I.P.
Un sueño sólo puede triunfar sobre la realidad si
se le da una oportunidad.
Estanislaw
Lem
Hoy como
nunca antes, tenemos ante nosotros la oportunidad de llegar a la meta de LA
PAZ, y lograr que nuestro sueño, el sueño de LA PAZ, triunfe y brille con su
corona de laureles, sobre la oscuridad y las tinieblas de la guerra.
No obstante,
en las dos etapas que lleva este proceso,
tanto la primera que ya está andando que son los diálogos para el acuerdo, como
la siguiente denominada post-conficto, se tendrá que abordar necesaria y
obligatoriamente el cómo se va a COSTEAR Y SOSTENER económica y financieramente
todos estos ejércitos ilegales de desmovilizados y sus familias.
No podemos caer en los errores del pasado, ha dicho el
Presidente Santos, tales como cuando se le entregaron taxis y pequeñas parcelas
a los desmovilizados del antiguo M-19, lo que en retrospectiva fue un rotundo
fracaso que no de puede repetir.
En este orden
de ideas, nuestra Propuesta-Proyecto, consiste en CREAR, lo que hemos denominado:
FONDO
FINANCIERO DE INVERSIÓN PARA LA PAZ (F.F.I.P.)
¿Por qué lo
denominamos así?:
FONDO: Porque como
LA PIRINOLA, de Antanas Mockus: TODOS
PONEN, o mejor, TODOS PONEMOS.
FIDUCIARIO: Por cuanto la figura de un fideicomiso, es la
mejor garantía para que los recursos que allí se depositen, (ver más adelante)
tengan una DESTINACIÓN ESPECÍFICA: quiere decir que los distintos programas y
proyectos que se deriven de los acuerdos de paz, no sean utilizados para fines
ajenos a los acuerdos. De otro lado, la Fiducia como tal, lleva intrínseca la
constitución de un PATRIMONIO AUTÓNOMO, con todas las ventajas jurídicas y
financieras que se derivan de ésta: INEMBARGABILIDAD, RENDIMIENTOS FINANCIEROS,
Y MANEJO TRIPARTITO: las dos partes en conflicto, y la Comunidad Internacional.
Recordemos que el origen de la palabra FIDUCIA, se deriva de los vocablos
latinos, FE Y CONFIANZA, connotaciones que son fundamentales para todo un
proceso de paz entre las partes en conflicto.
Fe y
Confianza que son requisitos indispensables, (sine- qua-non), para que tanto la
Comunidad Nacional y más aún la Internacional, estén dispuestos a entregar sus
respectivos aportes económicos al FONDO en mención.
DE INVERSIÓN: Porque tal como lo dice uno de los miembros de
la Junta Directiva del Banco de la República, Doctor Juan José Echavarría, en
su reciente estudio, Historia Económica
reciente de Colombia: Ninguna inversión es tan rentable como la paz. La guerra
trae inseguridad, miedo a los inversionistas, baja la productividad y genera un
gasto que se va a la basura, porque invertir (diríamos gastar), en lo militar sólo sirve para ganar la
guerra, pero no crea riqueza.
Todos los
estudiosos, en especial los economistas, han coincidido en el llamado, barril sin fondo, en cuanto a los
recursos económicos que le significa la guerra a Colombia. Veamos algunas
cifras y opiniones:
Según el
profesor de Economía de la Universidad de Oxford, Paúl Collier, los países inmersos en guerras internas
pierden cada año, un 2.2% de su crecimiento en el PIB, en otras palabras,
si nos hubiéramos ahorrado la guerra de estos 50 años, seríamos un país tres veces más rico. (El Tiempo. Domingo 23 de
Septiembre de 2012. Página 4). Lo
reafirma la Doctora, Ángela Rottberg, Directora del Programa de Investigación
sobre la Construcción de Paz, de la Universidad de los Andes:
Hay una relación directa entre seguridad e
inversión. La prueba es que, gracias a la política de Seguridad Democrática, Colombia
comenzó a posicionarse como un buen lugar para hacer negocios, tal como lo muestran las cifras a partir del
2004, la Inversión Extranjera Directa, en Colombia se disparó hasta alcanzar el
máximo histórico en el 2011, (13.234 millones de dólares, cifra que quintuplica
a la del 200). Además las calificadoras de riesgo, Standard and Poor´s, Moody´s
y Fitch Ratings, le otorgaron a Colombia el GRADO DE INVERSIÓN, por su visible mejora en las condiciones de
seguridad, ya que desde 1999 no nos calificaban como país viable para hacer negocios.
De acuerdo a
la Economista, Ana María Ibáñez en su investigación, concluye que el agro es
uno de los sectores que más pierde en productividad por el conflicto interno,
ella encontró que sólo el 8% (¡) de los predios del país con vocación y aptos
para la agricultura, están siendo usados para este fin, a causa del despojo y
del abandono derivados de la guerra, lo que supone pérdidas del 4.3% del PIB
agropecuario. Igualmente el economista Carlos Caballero Argáez, Director de la
Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, manifiesta:
En un escenario sin guerra y con buenas políticas
de inversión en infraestructura, el campo dejaría de ser La Cenicienta,
de las Locomotoras del Desarrollo e incluso podríamos llegar a ser una potencia
agrícola mundial.
Según
Alejandro Baena, redactor del mismo periódico El Tiempo, en una Colombia EN PAZ, la factura de la energía bajaría, la tanqueada
del carro se haría con menos dinero y los tomates saldrían más baratos, porque
simplemente los costos de producción bajarían, si las empresas pudieran bajar
su inversión (diríamos costos) en
seguridad, a la que la mayoría dedican entre el 1% y el 5 %, según encuesta
de la Universidad de los Andes, Si
Ecopetrol se ahorraría los 11.000 barriles de Petróleo diarios, en promedio
diario, que le cuestan las voladuras avaluadas en 2000 millones, o si el Estado
invirtiera el 3.6% del PIB que le dedica a la guerra, en obras de
infraestructura facilitando la salida de los productos del campos a la
ciudad.
Más grave
aún, es que Colombia, con aproximadamente la
quinta parte de la población del Brasil gaste casi la misma cantidad de
recursos en su gasto militar, según UNASUR, que serían cerca de $4.250 millones
de dólares, aquí no se incluyen ni las vidas humanas truncadas por la muerte,
ni las pensiones por invalidez permanente o parcial, de muchos colombianos en
su mayoría pertenecientes a las Fuerzas Armadas, que según cálculos pesimistas
serían cercanos al 50% de la cifra anterior, es decir, unos $2.250 millones de
dólares, sumando entre ambos, $6.500 millones de dólares.
Suponemos un
escenario realista, en el cual el conflicto se acaba, pero el gobierno, tal
como lo manifestó recientemente el Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, que aún en épocas de Paz el gobierno
no disminuiría el presupuesto de Defensa, que en promedio es un 18%, siendo este rubro el más elevado de
todos los Ministerios.
Sabemos, y es
una verdad de Perogrullo, el hecho que sin conflicto el gobierno se ahorraría
en promedio $6.000 millones de dólares cada año, o sea, $500 millones de
dólares mensuales. Si, hipotéticamente tomáramos el 25% de esta cifra, igual a
$125 millones de dólares, que por la TRM de $1.800 pesos, resultaría una cuantía
de $225.000 millones de pesos. Si este monto lo dividimos por los 10.000
excombatientes que según la Comisión de Paz, existen en el país, arrojarían la
cifra de $22´500.000, de pesos mensuales para cada uno, recursos nada
despreciables.
Un supuesto
bastante objetivo, respecto a que gran parte de los gastos del conflicto se van
para el extranjero, (un promedio del 80%) en compra de equipamiento y
tecnología militar. Podríamos inferir,
que si este dinero fuese gastado y/o invertido por los excombatientes y sus
familias en el post conflicto, dentro del territorio nacional, tendría UN
EFECTO MULTIPLICADOR EN TODA LA ECONOMÍA NACIONAL DE 5 VECES; con base en
cálculos del DNP, Departamento Nacional de Planeación, y Fedesarrollo, (al que
se le denomina en teoría económica, el
efecto multiplicador del gasto).
Ahora bien,
hasta aquí sólo hemos considerado la porción del presupuesto del gobierno que
alimentaría al F.F.I.P.
¿De dónde
provendrían los otros recursos económicos que garantizarían este proceso de
Paz?:
Con base en
el principio de TODOS PONEMOS
1-De La
Comunidad Internacional
2-Del sector
más productivo de la Economía Nacional.
3-De los
Bonos Verdes.
4-Una Gran
Compañía para la Industrialización de los
Derivados de la planta de Coca.
5-Ahorro del
PP militar en la lucha contra los grupos alzados en armas.
6-Ahorro del
PP militar en la interdicción al narcotráfico.
CADA UNO DE LOS
PRIMEROS CUATRO ÍTEMS, TIENEN SU CORRESPONDIENTE SOPORTE MATEMÁTICO-FINANCIERO,
QUE SERÁ EXPUESTO CON PRECISIÓN Y DETALLE DE LA VIABILIDAD ECONÓMICA Y JURÍDICA
DE LA PROPUESTA, LOS DOS ÚLTIMOS CORRESPONDEN AL PRESUPUESTO NACIONAL
ACTUALIZADO, PARA VERIFICAR.
Tal como lo
hemos planteado, EL POS CONFLICTO tiene un alto costo, no sólo en cuanto a la
adaptación de los seres humanos, hombres, mujeres y sus familias, que al dejar
las armas casi como su único modus vivendi, se encontrarán con un choque
cultural y sicológico en donde es más que necesario, obligatorio, un proceso
educativo y de capacitación, para la
adaptación a la nueva vida.
Una de ellas;
que además de quedarse en el campo, en la montaña, evitaría su migración a las
ciudades, sería capacitarlos como GUARDABOSQUES Y SEMBRADORES DE BOSQUES, que
les daría un buen estipendio económico. Remuneración que además pagaría con
creces la Comunidad Internacional, a través del denominado Fondo Verde, que
junto con la REDD+ (Reducción de Emisiones de Gases Efecto Invernadero por
Deforestación y/o Degradación), que pagan por la captura del CO2.
En la actualidad
según el Panel Internacional para El Cambio Climático, I.P.C.C. (por sus siglas
en inglés), una hectárea de bosque puede capturar entre 80 y 200 toneladas de
CO2 al año. Por ejemplo, en Acandí, norte del Chocó, zona de Urabá, están
pagando la tonelada de CO2 a $7 dólares (siete dólares/tonelada/CO2/año),
durante 15 años. Esta situación se ha derivado de los compromisos que se
adquirieron con la firma del Protocolo de Kioto, y sus Conferencias posteriores
en Balí, Copenhague, Toronto, Veracruz , Durbán y Río de Janeiro.
No es difícil
para el gobierno colombiano que entre las regiones del Chocó Cauca, Nariño, La
Amazonía, la Orinoquía, lo Llanos Orientales, el Caribe, los Santanderes,
reunir 50 millones de hectáreas y entregárselas a los excombatientes:
1-Sin
propiedad, o sea, POR ADMINISTRACIÓN DELEGADA, con sus respectivos linderos,
sus coordenadas cartesianas, etcétera.
2-En
propiedad, o en arriendo, aclarando que estas opciones dependen de las
Conclusiones de la Mesa de Negociación.
Esto, sólo
para que se responsabilicen de cuidarlas, protegerlas y resembrarlas de árboles
nativos, donde además deben participar todas las Corporaciones Autónomas
Regionales y la Red de Universidades, que los capacitaría, adiestraría y
asesoraría en el BUEN MANEJO Y GOBERNANZA de los bosques. Lo anterior
representaría una suma de US $350´000.000, oo millones de dólares al año, es
decir, US $ 5.250´000.000, oo millones
de dólares durante los próximos 15 años, según lo estipula el Protocolo de
Kioto, más conocidos como BONOS VERDES.
Este capital
se depositaría en EL FONDO FIDUCIARIO DE INVERSIONES PARA LA PAZ, y de allí se
les pagaría a los nuevos Guardabosques o combatientes desmovilizados de
cualquier grupo.
Nota: Es de todos
sabido, que el Protocolo de Kioto expira el 31 de Diciembre del 2012, sin
embargo, hay Comisiones internacionales trabajando para su prórroga, siendo
Colombia uno de los líderes de esta Prórroga.
Otra de las
fuentes económicas para alimentar este F.F.I.P. sería con la INDUSTRIALIZACIÓN
DE LA PLANTA DE COCA.
Tenemos
información suficiente de cómo los indígenas NASA de los Departamentos de Cauca
y Nariño, fabrican licores, jabones, ungüentos, medicinas y alimentos con la
hoja de Coca. Lo que realmente hace perversa a la Coca, Planta sagrada y
ancestral de nuestros indígenas andinos, es su transformación en clorhidrato de
cocaína, el polvo blanco llamado comúnmente cocaína.
Por ejemplo, el
licor de Coca llamado, COCA-RON, que además de ser exquisito tiene propiedades
medicinales, según aseguran los indígenas y ni su producción ni su mercadeo
pueden considerarse difíciles.
Con base a la
información suministrada por los indígenas, una botella de COCA-RON de 750cc, a
$2.700, oo o sea, US $1.50 dólares, (a TRM $1.800, oo pesos). Este precio
incluye la bebida, la botella, la etiqueta, la tapa de seguridad, y el empaque
en cajas de cartón de 12 botellas.
Si destinamos
toda la producción para la exportación, lo cual estaría exenta de impuestos
nacionales, y si calculamos la producción en 60 millones de botellas al año,
que es lo que vende solamente la ILA, Industria de Licores de Antioquia, a un
precio de US $ 15 dólares botella, arrojaría utilidades por valor de US
$810´000.000, oo millones de dólares al año. No incluimos los estudios sobre
los jabones, alimentos, medicinas y otros subproductos de la planta de Coca,
por su extensión.
Proponemos
esta alternativa de la planta de Coca por dos grandes razones:
1-Para
ofrecer una salida a la industrialización perversa de este cultivo sagrado.
2-Para aprovechar de inmediato, las
60.000 hectáreas sembradas de planta de Coca, de acuerdo a
los informes de la Oficina Nacional de Estupefacientes, que generaría la
materia prima para los productos lícitos y saludables. Este aprovechamiento
incluye la reorganización productiva y la regularización de miles de familias
forzadas por la necesidad económica, a
ocuparse de esta actividad.
Con esta
reorientación productiva e industrial, se cortaría de un tajo el oxígeno a la
perversa actividad del narcotráfico con todas sus secuelas degradantes y
delincuenciales para nuestras gentes, a la vez que significaría un ahorro
billonario para el Presupuesto, en la persecución e interdicción de la misma,
un ahorro que iría a engrosar el F.F.I.P., Fondo Fiduciario de Inversión para
la PAZ.
2.2-Aporte de los Empresarios
Insistentemente
se ha escuchado de parte de los empresarios hacer un aporte económico
significativo para la PAZ. Dichas voces provienen
de los diferentes gremios encabezados por el Consejo Gremial Nacional.
Partiendo del Estatuto Tributario vigente, este contempla que por cada Donación
que se haga a determinadas Fundaciones, se contemplan descuentos tributarios
para los donantes que van desde el, 30% al 150%.
Siguiendo
estos beneficios se puede aplicar el mismo concepto tributario, de tal manera
que los empresarios donen al F.F.I.P, Fondo Fiduciario de Inversiones para la
PAZ, el 1% de sus UTILIDADES OPERACIONALES en los próximos 10 años, teniendo
una contraprestación gubernamental del 1.25% de descuento tributario, para cada
uno de los años siguientes.
Con base en
un estudio realizado por la Superintendencia Financiera, la Superintendencia de
Sociedades, la Contaduría General de la Nación, Cámara de Comercio de Bogotá, y
publicado por la revista Dinero No 398 de Mayo 25 de 2012, el cual publica la
actividad económica de 5.000 empresas de
Colombia, éstas arrojaron UTILIDADES OPERACIONALES por $83.4 BILLONES DE PESOS,
siendo el 1% de esta cifra, la cantidad de $834 MIL MILLONES DE PESOS.
Debido a que
esta deducción tributaria debe ser aprobada por el Congreso Nacional, es
importante mencionar que en la actualidad se está discutiendo una Reforma
Tributaria, donde se debería incluir esta propuesta para la PAZ.
La suma de
todos estos aportes al Programa propuesto, para el Fondo Financiero de
Inversiones para la PAZ, F.F.I.P., éste tendría para el primero año de
actividades:
1-
Bonos Verdes US$ 350´ millones
2-
Industrialización de la Coca US $ 810´ millones
3-
Aporte de los Empresarios US $ 463´,33 millones
4-
Ahorro del PP en la guerra contra los grupos
insurgentes
US $125´millones
5-
Más el ahorro del PP militar en la interdicción del
narcotráfico, por determinar.
TOTAL
APROXIMADO: US$ 1.748´.33 MILLONES DE
DLS
Este sería el
plante inmediato y real para “el arranque”
de la PAZ.
Cordialmente,
Omar Vesga
Núñez
abarist.blogspot.com
Juan
Guillermo Echeverry Gutiérrez.
Bogotá
Septiembre-Octubre de 2012.
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